viernes, 5 de diciembre de 2008

Historia de Drogas

La droga en la antigüedad:

Hasta el final del siglo XIX el uso de la droga estaba poco difundido. La toxicomanía era un problema de dimensión personal y generalmente mostraba una patología individual. Algunas grandes celebridades del mundo literario, especialmente, se hicieron verdaderos mensajeros de la toxicomanía. Veían en el opio, consumido especialmente bajo la forma de hachís, una fuente de inspiración, un medio para alimentar su sensibilidad.
La droga era condenada moralmente en el caso de los artistas, y contaba con la censura social en el caso de los enfermos, siempre teniendo la sociedad la tendencia a despreciar a los que reconocía como desequilibrados. El mundo de los tóxicos era el mundo de los perdidos, ya sea por propia voluntad, o por esa fatalidad que marca el destino de los desequilibrados que no tenían otro recurso para escapar de sus males. La relación entre la patógena y la toxicomanía era muy estrecha. La toxicomanía estaba unida a las condiciones individuales de vida. No tenía nada que ver con el flagelo social que posteriormente llegó a ser.


La droga en la actualidad:
A partir del siglo XX, y especialmente en el último cuarto de siglo, el problema de la droga adquirió otras proporciones. Ya no está relacionado solamente al individuo, prisionero de la toxicomanía como conclusión de una aventura personal, sino que asumió una dimensión social y, además la patología es toda la sociedad.
En una sociedad que ha perdido valores que podrían orientar un proyecto de vida.
La realidad es demasiado dura para soportarla, hay que huir de ella, encerrándose en sueños de paraísos artificiales y que permitirán seguir viviendo en otro mundo. En esta sociedad, el viaje fuera de un mundo severo y cruel se convirtió en un recurso usual. Se va a el mundo irreal porque no se puede soportar el mundo real. Si la patología es social, el sumergirse en las drogas, también es social. Ya no son privilegio de solo grupos de élite, sino que ataca a la sociedad entera y penetran en todos los niveles, sin tener en cuenta la situación económica y social, sexo, y edad. En estas condiciones los jóvenes son los primeros en ser alcanzados, cuya inseguridad es directamente proporcional a su sensibilidad. Ven el mundo que se cierra ante ellos y entonces ellos se cierran ante el mundo, respondiendo con rechazo al rechazo. Se sienten asfixiados por un mundo que ignora los valores de la persona como ser humano, que es el reino de la mentira, de los intereses ocultos, de la indiferencia respecto a los demás. En esta sociedad ellos constituyen la clientela fácil e ideal para el comercio de drogas que vende al mismo tiempo veneno y utopía.
En la actualidad no se trata el problema de la droga como una patología individual, sino como un síntoma de una sociedad entera.


No hay comentarios: